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Ser mujer, latina y migrante. Historias de emprendimiento.

Ser mujer, latina y migrante. Historias de emprendimiento.

A través de cinco historias de mujeres latinoamericanas radicadas en Europa, abordamos la relación entre ser mujer, inmigrante y la tendencia al autoempleo o a emprender. Un fenómeno atravesado por factores estructurales e individuales importantes de visibilizar.

Según datos de Naciones Unidas, hasta el 2020 se contabilizaban unos 280 millones de migrantes internacionales en el mundo (OIM, 2022), esto es el 3.6% de la población de todo el planeta, de los cuales, 135 millones son mujeres y niñas, esto es, casi la mitad de todas las personas migrantes (48.2%). Si bien entre la década de los 90 y el 2020, la participación de las mujeres en la migración no ha superado numéricamente a los hombres (ver gráfica), su presencia en estos flujos ha dado pie a distintos temas de estudio, y uno de ellos tiene relación con su movilidad social en el país de destino a través del trabajo.

Hasta los años 80 del siglo pasado, se visibilizaba a las mujeres que emigraban como acompañantes o dependientes de sus cónyuges, pero las dinámicas económicas y sociales fueron cambiando hacia una “feminización de las migraciones”, esto es, que cada vez más mujeres emigren de forma autónoma para trabajar, educarse o en su calidad de jefas de hogar y generadoras de remesas; aunque también hay que destacar que muchas están protagonizando migraciones forzadas o han sido víctimas del tráfico de personas con fines de explotación sexual y/o laboral (BID, 2021).

Retomando el ámbito del trabajo, dependiendo de las condiciones particulares de las mujeres como su origen étnico-nacional, edad, clase social, así como del contexto de llegada, las actividades para las cuales se demandan trabajadoras migrantes varían. En países desarrollados (Estados Unidos, España, Italia y otros de Europa) suelen ser requeridas, bajo condiciones formales e informales, en ocupaciones como el servicio doméstico, cuidados de niños y adultos mayores, hostelería y restaurantes, fábricas, agricultura, entre otras, donde las habilidades o la cualificación no compagina en muchos casos con sus competencias y nivel educativo. Así, lograr una inserción laboral en ámbitos más apegados a sus expectativas personales, profesionales y a su capital humano, se convierte en un verdadero reto.

En esa lucha por salir de los parámetros sociolaborales asignados en el país de destino es que el abordaje de la migración femenina y su tendencia al autoempleo (crearse un puesto de trabajo para sí misma) o al emprendimiento (establecer y desarrollar un negocio propio) han dado pie a un campo fértil de análisis. González-González (2011) por ejemplo, da cuenta en su estudio sobre inmigración, emprendimiento y género en Andalucía, que debido a experiencias de exclusión o discriminación género-étnica en un mercado laboral dual segmentado, muchas mujeres se inclinan hacia el autoempleo. Esto porque dichos obstáculos o la discriminación laboral “actúan como catalizadores del comportamiento emprendedor”.

Así, el emprendimiento puede ser una estrategia de las mujeres migrantes para salir de ámbitos de trabajo precarios y con tendencia a la explotación, además que les permite compaginar mejor su actividad laboral con sus proyectos en el ámbito familiar.

En esto coinciden Solé, Parella y Alarcón (2009) en otra investigación que, además, arroja luz sobre una estructura de oportunidades que encuentran muchas mujeres en las comunidades de acogida para desarrollar negocios étnicos, es decir, relacionados con la presencia de connacionales para vender productos distintivos de su lugar de origen o generar redes para ofrecer servicios que atiendan a una comunidad inmigrante.  

En este artículo presentamos 5 casos valiosos que ejemplifican algunas de estas dinámicas y todo el recorrido que llevó a mujeres, madres y emprendedoras latinoamericanas en Europa a cumplir sus propósitos personales y profesionales, ser agentes de cambio, generadoras de ingresos, y a la vez poder cuidar a sus familias.

CASOS QUE INSPIRAN

Cristina Camacho, creadora de Mujer Emprendedora Latina

  • País de nacimiento: Bolivia

  • País de residencia: Italia​

Cristina Camacho lleva viviendo 20 años en Roma (Italia). Cuando emigró desde su natal Bolivia, lo hizo con ganas de conocer uno de los lugares que siempre le habían llamado la atención cuando trabajaba como consultora turística; así llegó a Italia y lo primero que hizo fue aprender el idioma.

Como muchos emigrantes latinos, se acercó a su comunidad en este nuevo país y fue ahí donde comenzó a trabajar, su primer empleo fue de niñera cama adentro, lo que le permitía ahorrarse el dinero del alquiler.

Algo que rescata de los primeros años de su nueva vida en Italia es que, aunque no tenía toda su documentación en regla, siempre tuvo el apoyo del estado en temas de medicina y terapias. Sin embargo, se dio cuenta de que no era fácil ocupar un mejor puesto de trabajo si eres extranjero “tampoco era fácil abrir fácilmente un negocio propio, había muchos trámites que hacer. Lo bueno es que con el pasar de los años he visto que, en Italia, se han ido abriendo oportunidades para quienes llegan”.

Cristina no se ha dado por vencida y por eso ha participado en varias asociaciones culturales latinas, donde ha podido ayudar a comunicar los bailes tradicionales, la comida y la cultura de América Latina.

MEL es un proyecto que busca reunir a mujeres emprendedoras (…) el principal objetivo es la comunidad»

Ese camino la llevó a estudiar y aprender sobre el mundo digital, descubriendo que ahí tenía nuevas oportunidades y, así mismo, podía ayudar a más personas emigrantes.

Así es como ha creado la asociación Mujer Emprendedora Latina (MEL), grupo que poco a poco va creciendo en su número de integrantes y brinda charlas o capacitaciones a este colectivo de mujeres.

“MEL es un proyecto que busca reunir a las mujeres emprendedoras latinas que quieran ayudar con su conocimiento y experiencia a otras mujeres que lo necesitan; queremos crear redes y oportunidades, por eso el principal objetivo es la comunidad”, dice Cristina.

Cristina Camacho lleva 20 años en Roma y su primer empleo tras emigrar fue como niñera. Hoy lidera una asociación que brinda capacitaciones a mujeres migrantes emprendedoras. Foto: Archivo particular

Francisca Cortés, una artista de las joyas con marca propia

  • País de nacimiento: Argentina

  • País de residencia: España

Si te gusta el arte, las manualidades y las joyas hechas con material reciclado, sigue a Francisca Cortés. Ella es una argentina que llegó hace 15 años a Cataluña (España) para conocer el país y seguir especializándose en su campo.

Como tiene también la nacionalidad italiana, le fue más fácil regularizar su situación migratoria en España; por eso, mientras estudiaba también podía trabajar.

Sin embargo, con el paso del tiempo se dio cuenta de que el trabajo que tenía no era lo que quería hacer siempre: ella quería saltar otro escalón con su arte; pero eso implicaba ser más competente en este nuevo mercado para esta a la par de las personas locales.

Así comenzó a enfocarse en su objetivo, dedicó incluso los fines de semana a cumplir sus metas como emprendedora. Retomó una actividad que ya tenía en Argentina, que era la joyería experimental que se hace con materiales reciclados, su marca es óRBITA UPcycling.

Realmente tomó conciencia de que tenía un emprendimiento entre manos cuando su hijo nació y puso en una balanza lo que quería hacer. Después dio un salto porque tomó una capacitación en el 2019 que le mostró otra forma para rentabilizar lo que hacía, a través de redes sociales y nuevos contactos en Cataluña.

(Aprendí que) al estar lejos de tu familia tienes menos ayuda (…) estoy abierta a que me pidan favores, esto es un ida y vuelta»

Actualmente brinda capacitaciones y su marca es parte del colectivo inglés ReJewel Collective, un grupo de mujeres de varios países que se dedica a recuperar esos accesorios de joyería y reinventarlos para hacer nuevas piezas. El grupo ya tuvo su presentación oficial en el Fashion Revolution en Londres y en la semana de la moda en Nueva York. El siguiente paso es vender las piezas en una tienda online.

Aunque ella no se ha sentido relegada por ser mujer en ningún momento, lo que sí tiene claro es que los emigrantes tienen más difícil su camino hacia sus objetivos.

Francisca considera que hay que tocar muchas puertas y adaptarse “yo vivo en Cataluña y, aunque mi marido es catalán y entiendo el idioma, todavía me da un poco de vergüenza hablarlo, pero pienso que es un impedimento mío y que quizá sería más fácil en otras comunidades de España por el idioma”.

Además, aprendió que como emigrante hay que pedir favores y hacerlos “al estar lejos de tu familia tienes menos ayuda y por eso pido a veces a alguna madre de familia que me recoja a mi hijo porque no llego a tiempo; yo también estoy abierta a que me pidan favores, esto es un ida y vuelta”.

Francisca Cortés lleva 15 años en Cataluña y elabora y vende joyería experimental a través de su marca óRBITA UPcycling. Foto: Archivo particular.

Sandra López lleva sabores de la nostalgia a inmigrantes

  • País de nacimiento: Ecuador

  • País de residencia: Alemania

Un pedacito de sabor de Ecuador y América Latina en Alemania. Eso es Beloso, la importadora que Sandra López, su esposo e hijos, han creado en este país europeo.

Sandra emigró desde Guayaquil por amor ya que su esposo es alemán. Ama lo que hace ahora, porque con su empresa ayuda a productores ecuatorianos a vender en este país. Cuando ya estaba en la nación europea, llegó un momento en que se dio cuenta de que ella misma extrañaba la comida de su país y vio que ocurría lo mismo con otros inmigrantes.

“Con Beloso damos felicidad a los emigrantes que estamos de este lado del mundo. En el exterior ya no soy más Sandra, sino Ecuador, porque lo primero que te preguntan es ‘de dónde eres’ y llevas el nombre de tu país a todas partes con tu emprendimiento”.

Sandra es una mujer cristiana, por eso con su negocio ha querido bendecir a muchos latinos dándoles algo que extrañaban: los panes de yuca, los patacones, el queso ecuatoriano y otros productos. “Queremos dar felicidad a quienes por diferentes motivos no pueden viajar a su país de origen y créanme que comer pan de yuca o empanadas de plátano es una bendición en un país que pasa gran parte del año bajo cero grados”, comenta.

Lo primero que te preguntan es ‘de dónde eres’. Llevas el nombre de tu país a todas partes con tu emprendimiento»

Para Sandra el camino no ha sido fácil tampoco. Ella pensó que podía desempeñarse en el periodismo como lo había hecho en Ecuador, pero se encontró con una realidad distinta en Alemania, donde primero tuvo que aprender el idioma, adaptarse a una nueva comunidad y tocar puertas.

Así fue como empezó, junto a su familia, a darle vida a Beloso. Aunque no sabía cocinar, aprendió a hornear panes de yuca, cortar queso y vender ella misma en ferias y eventos.  Su esposo e hijos se turnaban con ella y se repartían el trabajo en diferentes ciudades de Alemania para darse a conocer.

 “Ahora ya vamos para los 5 años con Beloso y estamos felices porque los latinos encuentran en nuestros productos un pedazo de ese territorio que se extraña”, afirma Sandra.

Sandra López, radicada en Alemania, creó junto a su familia el emprendimiento Beloso, con el cual acerca a otros ecuatorianos y latinos a los sabores de su tierra. Foto: Archivo particular.

Jéssica Morales y su academia maquilla reinas de belleza

  • País de nacimiento: Ecuador

  • País de residencia: España

Nunca imaginó que ser maquilladora, un oficio que Jéssica Morales ya practicaba en su natal Ecuador, la llevaría por el camino hacia el éxito que ahora tiene en Barcelona, España.

Jéssica tiene su propia academia de maquillaje y se codea con reinas de belleza, con expertos y reconocidos maquilladores y, sobre todo, se siente muy feliz porque da trabajo a otras mujeres migrantes que viven en España.

Luego de pasar por varias dificultades con su negocio y superar la pandemia junto a su familia y, además de no haber podido ejercer en el área del turismo como era su objetivo cuando emigró a estudiar, ahora sabe que su meta era otra “los planes de Dios eran otros y tantas puertas se cerraron que decidí emprender en el mundo de la belleza que era mi otra profesión y que ya la había trabajado y conocía muy bien”.

Jéssica empezó con 25 euros, con los que compró materiales para atender a las clientas que recibía en su propia casa; poco a poco se fue promocionando con el boca a boca y en las redes sociales. Después ya obtuvo el permiso para dar cursos y fue ampliando su emprendimiento.

Tantas puertas se cerraron que decidí emprender en el mundo de la belleza, que era mi otra profesión (…) y conocía muy bien»

Con préstamos y la ayuda de su esposo, sus padres e hijos, ahora dirige una academia, en la que da empleo a otras mujeres y hombres de Marruecos, Colombia, Ecuador, Perú y otros países.  “Tuve una alumna de 70 años que ahora da clases de maquillaje y uñas en Perú, esa es una gran satisfacción”, dice Jéssica.  

Como inmigrante ha sentido frustraciones e incluso no se ha sentido parte de la comunidad, pero eso fue distinto “cuando decidí quitar ese pensamiento limitante de mi cabeza las cosas cambiaron, tomé posesión de esta tierra, empecé a sentirla mía y a amarla más y a bendecirla y realmente las cosas fueron a mejor”.

Actualmente Jéssica es parte del grupo de maquilladores/as de Miss Universo y directora de maquillaje del Miss Mundo Cataluña.

Jessica Morales, decidió emprender dentro del mercado de la belleza en Barcelona por su experiencia como maquilladora en su natal Ecuador. Foto: Archivo particular.

Yenny Peñalver dio un salto al networking y escribió un libro

  • País de nacimiento: Cuba

  • País de residencia: España

Cuando Yenny Peñalver conoció las redes sociales y el mercadeo, ella trabajaba en un salón de juegos, tenía un horario nocturno y un día no durmió porque decidió acudir a una convención en Las Palmas de Gran Canaria; así que viajó desde Tenerife y eso le significó dar un gran paso para su emprendimiento actual.

Aunque es enfermera titulada en su natal Cuba, en España no ha ejercido su profesión; como inmigrante se ha adaptado a otros sectores laborales y poco a poco se ha encaminado hacia sus metas.

“Tuve que estudiar y aprender nuevas habilidades, no sabía sobre redes sociales, sobre ventas o sobre trato personal, además, hice un convenio con mi familia para estar concentrada en mi negocio por un tiempo para luego poder disfrutar tiempo de calidad juntos”, comenta Yenny quien se dedica actualmente al networking (actividad cuyo objetivo es ampliar la red de contactos profesionales para generar oportunidades de negocio).

En este nuevo espacio ha tenido la satisfacción de poder contar su historia en un escenario y poder inspirar a más personas para que sigan adelante y no abandonar el camino hacia sus objetivos. Yenny también es coautora de un libro en donde cuenta su propia experiencia como emprendedora. También se ha unido a la asociación Mujer Emprendedora Latina (MEL).

Tuve que estudiar y aprender nuevas habilidades. No sabía sobre redes sociales, ventas o sobre trato personal»

Esta networker profesional considera que los obstáculos se los pone la misma persona, “las oportunidades están en todas partes, solo tienes que estar en modo búsqueda y expandir tu visión, también debes guiarte, asesorarte por personas experimentadas que ya tienen los resultados que tú quieres tener y enfocarte al cien por cien”, recomienda.

Yenny se adaptó y ha logrado avanzar a pesar de estar en un país que no es el de su origen, emigrar ha sido para ella una oportunidad ya que cree firmemente en que todo depende de la dedicación que se ponga en cumplir las metas.

Yenny Peñalver se dedica a las redes sociales y el mercadeo en España, algo que descubrió tras emigrar, pues en Cuba se tituló como enfermera. Archivo particular.

En estas historias se pueden visibilizar casos de emprendimiento como necesidad y como oportunidad. Como señalan Gómez, Medina y Maza (2020), en una revisión sistemática de artículos académicos sobre migración y emprendimiento, la creación de nuevas empresas por parte de los inmigrantes, obedece a la gran dificultad que enfrentan al tratar de incorporarse al mundo laboral. Para un inmigrante puede ser mucho más difícil encontrar oportunidades de empleo en los países de destino, ya sea por temas de discriminación, por barreras culturales o por el hecho de que los certificados o títulos educativos obtenidos no son reconocidos oficialmente en el país receptor. Aunado a esto, se ha documentado también que en muchos inmigrantes hay una menor aversión al riesgo.

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2 comentarios

  1. Muchisimas gracias por la oportunidad de hacer conocer nuestras historias a mas Mujeres. Y hoy que es Dia de la Mujer hacer que la unión dea el mejor camino para la autorealización

    • Continente Móvil® dice:

      Gracias a ti Cristina, por contar tu historia y apoyar a otras mujeres migrantes que quieren emprender. ¡Mucho éxito en todos tus proyectos!

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