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Latinos en Estados Unidos, entre los más afectados ante COVID-19

Latinos en Estados Unidos, entre los más afectados ante COVID-19

A medida que las acciones para contrarrestar los contagios de COVID-19 en los Estados Unidos se han incrementado, los hispanos que residen allí han presentado mayor preocupación que los estadounidenses en general, debido a que son más propensos a perder su trabajo o a sufrir un recorte salarial durante esta pandemia. Según datos de una encuesta realizada por el Pew Research Center entre el 19 y el 24 marzo del 2020, el 78% de los hispanos o latinos y el 69% de los blancos no hispanos, consideraron que el brote de coronavirus representa una crisis significativa para el país, no solo por las amenazas hacia su salud, sino también hacia sus finanzas.

El panorama laboral derivado de la crisis sanitaria se muestra poco alentador especialmente para los latinos, pues el 40% de ellos declaró que su persona o alguien de su hogar ha tenido que reducir su salario por la disminución de horas o en la demanda de su trabajo ante el contexto de confinamiento; esto frente al 23% que reportó el grupo de blancos no-hispanos. Por su parte, el 29% de los hispanos y el 17% de los blancos no-hispanos comentó que su persona o alguien en su hogar ha sido despedido o perdió un trabajo debido a la emergencia derivada del coronavirus, como se observa en la siguiente gráfica.

 

 

Si bien la pandemia genera afectaciones a millones de personas en el mundo, en el contexto de la Unión Americana ha sido tema de análisis el efecto desigual que tiene el Covid-19 sobre poblaciones que por su origen étnico-racial y condiciones sociolaborales son todavía más vulnerables. En este grupo están las personas afroamericanas y buena parte de las comunidades latinas allí asentadas, y dentro de ellas, los migrantes indocumentados. Se calcula que en los Estados Unidos residen unas 11 millones de personas «sin papeles», de las cuáles, 8 millones son parte de una fuerza laboral, que no tiene cobertura médica, trabaja en empleos inestables y generalmente sin prestaciones. A ello hay que sumar que la mayoría de estos trabajadores se ubica en sectores considerados esenciales, como la agricultura, el transporte, la limpieza, en fábricas, supermercados y en el cuidado de niños y de adultos mayores.

En este sentido, el despido o la disminución en los ingresos de las personas indocumentadas y/o de aquellas que compiten en mercados laborales poco calificados, puede tener un impacto negativo mucho mayor en comparación con los estadounidenses promedio, que podrían acceder a un seguro de desempleo. Si bien existen otras ayudas, como los cheques que actualmente otorga el Departamento del Tesoro ante la contingencia (de hasta 1.200 dólares para individuos, 2.400 dólares para parejas y 500 dólares para menores de 17 años), se trata de un beneficio al que solo pueden aplicar ciudadanos estadounidenses o extranjeros residentes que tengan un número de seguro social que sea válido para el empleo y cubran cierta cantidad de ingresos al año; también jubilados, veteranos y otras personas sin ingresos que son parte de programas de beneficios federales.

 

La pandemia de covid-19 ha provocado que al menos 22 millones personas hayan pedido un subsidio de desempleo en los Estados Unidos, hasta mediados de abril de 2020. Es actualmente el país más afectado por la pandemia mundial, tanto en infecciones confirmadas como en número de muertes.

 

Por otra parte, la encuesta de Pew Research Center arrojó que un mayor porcentaje de hispanos considera necesarias algunas medidas anunciadas por el gobierno del presidente Donald Trump para afrontar el brote de coronavirus, mientras que un mayor porcentaje de blancos no-hispanos las consideraban poco útiles. Los temas más discordantes entre ambos grupos analizados tienen relación con la posibilidad de una suspensión o aplazamiento de las próximas elecciones de noviembre, así como con las restricciones impuestas para los vuelos internacionales, con una diferencia de hasta 12 y 9 puntos porcentuales, respectivamente.

 

 

Otras medidas aplicadas hasta la fecha de la realización de esta encuesta, como limitar las reuniones mayores a 10 personas, la cancelación de eventos deportivos y el cierre de escuelas y empresas tuvieron también mayor aprobación en el grupo de hispanos, aunque los porcentajes de discordancia con los blancos no hispanos, son menores. Sin embargo, entre la percepción y la práctica, medidas como el cierre de gran parte de empresas son más difíciles de aplicar para los latinos debido a que las características de sus ocupaciones los excluye de opciones como el trabajo desde casa.

Según un reporte de Economic Policy Institute (EPI), del total de trabajadores de los Estados Unidos, menos del 30% pueden hacer home office, y esta capacidad difiere enormemente según la raza y el origen étnico. «Los trabajadores asiáticos tienen más probabilidades de trabajar desde casa, seguidos por los trabajadores no hispanos y blancos. Mientras, solo el 16.2% de los trabajadores hispanos y el 19.7% de los trabajadores negros pueden teletrabajar», señala el análisis de EPI. Gran parte de quienes no pueden teletrabajar están en la industria del ocio y la hospitalidad, en comparación con más del 50% de los trabajadores que están en actividades financieras, servicios profesionales y comerciales, e información.

En síntesis

Los datos analizados revelan que los hispanos tienden a estar más preocupados por la pandemia debido a que son más propensos a ser despedidos o a ver reducidas sus horas de trabajo, lo que se traduce en nulos o menores ingresos para cubrir sus necesidades. Si bien en este grupo hay mayor aprobación hacia las medidas de confinamiento adoptadas en los Estados Unidos, frente a la percepción que tienen los blancos no hispanos, su realidad social y laboral da cuenta de mayores dificultades para adoptar dichas acciones. En primer lugar, porque sus actividades se concentran en sectores económicos con escasas posibilidades de aplicar estrategias de flexibilidad laboral como el teletrabajo; en segundo lugar, porque aquellos que están en condición indocumentada no pueden acceder a apoyos si son despedidos o ven reducidos sus ingresos; y finalmente, porque se ubican en ocupaciones que se consideran esenciales. Esto impide a muchos cumplir con el distanciamiento social y los sitúa en mayor riesgo de contagio. La Oficina de Estadísticas Laborales de los Estados Unidos ha anticipado que las políticas de cierre de empresas por la pandemia afectarán desproporcionadamente a los trabajadores en ocupaciones con salarios más bajos. Y en este grupo, los hispanos pueden llevar la peor parte.

 

Autores:

Francisco Reyes-Vázquez, Maestro en Estudios de Población y especialista en Data Science
Lorena Mena Iturralde,
Doctora en Ciencias Sociales y directora de Continente Móvil

 


Referencias

  • Elise Gould and Heidi Shierholz, «Not everybody can work from homeBlack and Hispanic workers are much less likely to be able to telework», Economic Policy Institute, March 2020.
  • IRS, 2020, «Tesoro y el IRS entregan 88 millones de pagos de impacto económico en primeras tres semanas, publican cifras de pagos por estado», IRS Nota de Prensa, 24 de abril de 2020.
  • Jens Manuel Krogstad, Ana Gonzalez-Barrera and Mark Hugo Lopez, «Hispanics more likely than Americans overall to see coronavirus as a major threat to health and finances», Pew Research Center, March 2020.
  • Jens Manuel Krogstad, Jeffrey S. Passel and D’Vera Cohn, «5 facts about illegal immigration in the U.S.», Pew Research Center, June 2019.  
  • Matthew Dey and Mark A. Loewenstein, «How many workers are employed in sectors directly affected by COVID-19 shutdowns, where do they work, and how much do they earn?,» Monthly Labor Review, U.S. Bureau of Labor Statistics, April 2020.

 

 

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